Traduzido pelo Movimiento Rebelión Popular
El primer turno de las elecciones, contrariando gran parte de las encuestas, consolidó la avalancha reaccionaria del bolsonarismo en las disputas para los gobiernos estatales, senado, cámara federal y asambleas legislativas. Utilizando la maquinaria pública, el abuso del poder y la corrupción institucionalizada mediante el presupuesto secreto, la extrema derecha y el llamado centro consiguieron elegir la mayoría en el parlamento, abriendo incluso la posibilidad de controlar el poder judicial y el ejecutivo en el próximo período, en caso de que Bolsonaro consiga revertir la derrota con el pequeño margen que sacó Lula en el primer turno para las elecciones presidenciales.
En un proceso electoral fuertemente marcado por el rechazo a ambos lados y el voto útil, la alianza entre el bolsonarismo y los partidos de la derecha fisiológica amenazan el futuro de Brasil.
El gobierno criminal, genocida y deshumano de Jair Bolsonaro, apoyado por políticos deshonestos, militares fascinerosos, sectores de la burguesía y el agronegocio, es responsable por los peores ataques contra el pueblo brasileño en la historia de nuestro país. Las millares de muertes por COVID 19 a causa del negacionismo y del atraso de las vacunas, la vuelta al mapa del hambre, los niveles récord de desempleo e informalidad, la inflación galopante y el alto costo de vida, el desmantelamiento de programas sociales, el favorecimiento de la destrucción ambiental y los ataques a los servicios públicos como la salud, educación y seguridad social son algunas de las atrocidades contra nuestro pueblo cometidas por un gobierno reaccionario, oscurantista y neoliberal.
Esta es una elección atípica donde la mayoría del pueblo pobre y trabajador dio la victoria a Lula en el primer turno, demostrando principalmente la insatisfacción y la repulsa popular contra este gobierno de canallas y estafadores. Por otro lado, además de utilizar la máquina de noticias falsas y comprar votos con dinero público, usar las iglesias evangélicas para promover terror psicológico, hacer una campaña racista contra nordestinos, patrones y gestores ligados al bolsonarismo se han movido en el sentido de dificultar que el pueblo vote por Lula y derrote a Bolsonaro en las urnas. Considerando que en esta coyuntura especial la táctica electoral de las organizaciones revolucionarias y movimientos combativos no pasa por incentivar la abstención, bajo el riesgo de cumplir el papel de línea auxiliar del fascismo bolsonarista.
Debemos tener en cuenta que el circo electoral de esta falsa democracia tiene como función principal alternar gobiernos de turno y ajustar los niveles de miseria y explotación de nuestra gente. El proceso electoral para el pueblo trabajador no es sino una elección de cuáles de sus enemigos van a gerenciar el estado capitalista. La clase trabajadora brasileña, desmovilizada por décadas de hegemonía petista y por los gobiernos de conciliación, se encuentra en una situación defensiva. Desorganizado y fragmentado nuestro pueblo batalla diariamente para sobrevivir, pero sin los instrumentos de lucha colectiva y sin capacidad de organización para enfrentar los ataques de los de arriba, pues fue desarmado por las direcciones traidoras de las centrales sindicales y por los dirigentes conciliadores de la izquierda domesticada y electoralista.
Un posible segundo mandato de Bolsonaro, sumado a la profundización de la crisis capitalista que despunta internacionalmente, puede sumir en poco tiempo a nuestro país en una situación de completa barbarie, con ampliación del hambre y la miseria, la destrucción de los pocos derechos sociales que nos quedan, el fin de los servicios públicos y las privatizaciones criminales. Por todo eso, la lucha contra el bolsonarismo en el segundo turno debe tomarse de forma objetiva, además de la movilización de base, la organización de autodefensas y de las intervenciones de propaganda; la defensa del voto pragmático en Lula contra Bolsonaro sin que eso signifique comprar las ilusiones colaboracionistas vendidas por el petismo y mucho menos avalar el programa neoliberal del frente amplio formado en torno de la candidatura de Lula. Es preciso barrer el bolsonarismo de vuelta a la cloaca, y más allá del proceso electoral es fundamental avanzar en la organización y la movilización, construyendo un programa popular y revolucionario para luchar por las urgencias de nuestra gente y por la justicia social, apuntando como camino a la construcción de los organismos de poder popular, de los instrumentos de autodefensa popular y de la revolución socialista como nuestro horizonte y única solución. Como nos enseñó Marighella: “por el camino del voto, el pueblo brasileño jamás conseguirá su liberación”.
¡DERROTAR EL BOLSONARISMO!
¡MUERTE AL FASCISMO!
¡ORGANIZAR Y RADICALIZAR LAS LUCHAS DEL PUEBLO!
UNICA SOLUCION, REVOLUCION!
Movimento de Unidade Popular – MUP
Octubre de 2022 – Brasil.